El vivir en una edificación antigua representa sin duda alguna un desafío en términos de ahorro energético.
En ocasiones, en algunos edificios históricos se puede encontrar desde periódico hasta polvo de ladrillo utilizados como aislantes. Afortunadamente, hoy en día hay opciones que ofrecen un mejor desempeño.
Si se instala adecuadamente, la adición de aislamiento térmico puede reducir los costos energéticos hasta en un cincuenta por ciento en algunos casos y hacer un hogar mucho más cómodo y agradable, sin contar que de una D o una E, las calificaciones más frecuentes para viviendas ya construidas, se puede pasar a una C, una calificación mucho más atractiva.
La principal razón siempre será el de reducir el impacto negativo que nuestro paso por el planeta pueda legar a las generaciones futuras.
Siempre hay que tener en mente que un uso más eficiente de la energía se traduce en un uso más racional de los recursos naturales y disminuye los prejuicios que nuestro confort cotidiano pueda causar a la naturaleza en general.
Sin embargo, existe otra razón, de corte mucho más práctico e inmediato para buscar una mejor calificación energética: el ahorro económico que supone contar con una vivienda mejor evaluada. La disminución en las facturas de electricidad, gas y combustibles en general se verán significativamente reducidas sin que ello implique una disminución de nuestra comodidad cotidiana.
Además, si buscamos vender o alquilar un inmueble, siempre resultará más atractivo para los potenciales inquilinos un piso con una buena calificación energética que uno con una baja, que se traducirá sin duda en un pobre desempeño energético y facturas elevadas tanto en combustible como en electricidad.
La forma más económica de hacer un aislamiento térmico adecuado en muros es la inyección de aislamiento en cámaras. Esta técnica no resulta excesivamente cara, hablando de un presupuesto de aproximadamente quinientos euros para un piso estándar, además de qué las obras para implementarla no son exageradamente molestas.
Una última nota respecto al aislamiento térmico, y es respecto a las ventanas. Las ventanas son una parte importante de la arquitectura de cualquier piso o casa, pero son también una oportunidad única para la fuga térmica.
Hay estudios que sugieren que del diez al quince por ciento de la energía de un piso se pierde a través de las ventanas. De hecho, este “escape” puede ser responsable del veinticinco por ciento de las facturas generadas en torno a la calefacción. Así que aislar las ventanas es una excelente opción para escalar en cuanto a calificación térmica.
Le recordamos que si dispone de una vivienda en la Provincia de Pontevedra, puede solicitar su Certificado Energético en este enlace.