En los últimos tiempos ya nos hemos acostumbrado a las etiquetas energéticas que llevan los electrodomésticos, las cuales incentivan a la compra de aparatos más eficientes, a partir de ahora habrá que acostumbrarse a verlas en las ofertas de compra y alquiler de pisos.
La venta de un piso sin certificación energética tendrá multa entre 300 y 6.000 euros
Desde el 1 de junio del 2013, todas las viviendas que ya están construidas y salgan al mercado tendrán que disponer de un certificado energético junto con su correspondiente etiqueta donde se informa a los potenciales compradores a cerca de las características energéticas de dicha vivienda.
Los propietarios deberán contratar un profesional acreditado quien será el encargado de de chequear energéticamente la casa. En el caso de que no se cumpla con estos requisitos y la vivienda salga al mercado sin la etiqueta, están previstas multas que van desde los 300 y hasta los 6.000 euros. El certificado deberá ser renovado cada diez años.
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