Tan solo 9.829 edificios de Pontevedra cuentan con el certificado de eficiencia energética. Es la segunda provincia por detrás de A Coruña (con 16.603) y por encima de Lugo (2.684) y Ourense (2.647). En total 31.763 edificios de Galicia son los que están hoy en día certificadas energéticamente.
Certificados Energéticos en Pontevedra
Según el último informe emitido por el Ministerio de Industria, Enegía y Turismo en el pasado mes de junio, solo el 17% de los edificios obtuvieron la certificación aprueban en eficiencia energética, lo que significa que se sitúan en los niveles óptimos de emisión, marcados por las letras A y B correspondientes tanto a edificios gallegos de nueva construcción -65- como a los ya existentes -399- durante el último periodo estudiado. En lo que se refiere a los datos de consumo, solo hay datos de los edificios construidos, y de estos solo el 1% son eficientes energéticamente.
Estos datos vienen a decir que la mayoría de los edificios certificados no aprueban en eficiencia energética, ya que se situán en la letra E en la escala, lo que significa estar muy por debajo del nivel óptimo tanto para el medio ambiente como para el usuario.
Estas cifras, además ponen a Galicia en la cola de número de edificios que cuentan con el certificado de eficiencia energética en todo el territorio nacional si se comparan los tan solo 65 nuevos edificios que se certificaron en el mes de junio frente a los 5.530 de Cataluña o 2.951 de la Comunidad Valenciana.
En lo que se refiere a la provincia de Pontevedra según la arquitecta técnica Patricia Franco aunque no haya datos reales del número de viviendas que cuentan ya con el Certificado de Eficiencia Energética, «todo indica que la mayoría de los edificios no cuentan con él». Además afirma que «las personas no están muy informadas respecto al tema» y se acercan a su oficina situada en la calle San Antoniño a preguntar acerca del tema porque «no saben muy bien de qué se trata ni para qué sirve».
Para certificar un edificio, se hace uso de una etiqueta de eficiencia energética que tiene indicadores de diferentes colores con siete letras que sitúan a cada inmueble en una calificación entre la A (más eficiente) y la G (menos eficiente) en función de las características de las edificaciones.Esta etiqueta tomará los valores del consumo de energía primaria no renovable y de las emisiones de dióxido de carbono del edificio.
FINALIDAD. Esta normativa surgió con el objetivo de conseguir una notable reducción en el gasto energético y con ello poder conseguir un beneficio doble: ahorro económico para el usuario y una menor emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que mejora el medioambiente disminuyendo su contaminación.
El objetivo último de la eficiencia energética en la edificación es, como se ha dicho, reducir el consumo de energía primaria y las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera producidas no solo por el consumo de los edificios y los residuos que expulsan con su actividad diaria al exterior, sino también por la originada por la propia actividad constructiva.
Para ello, el edificio debe dejar de ser un mero consumidor de energía y debe convertirse en una infraestructura capaz de producir, recibir y almacenar tanto energía térmica como eléctrica y, además, poder reducir su impacto medioambiental.
Así, tanto los edificios que fueron construidos y puestos en venta o alquiler con posterioridad a la entrada en vigor de esta ley deberían ya tener su certificación energética, según obliga la ley. Lo mismo ocurre con los que ya existían, ya que están obligados a tener su visado energético en el caso de que se venda o se alquile.
Solo podrán realizarla profesionales competentes en la materia, como aparejadores, arquitectos técnicos e ingenieros de edificación, que puedan además evaluar el comportamiento energético actual y asesorar al propietario sobre cómo mejorar las condiciones de su vivienda.
Es importante aclarar que independientemente del resultado que se obtenga de la eficiencia de la energía de un edificio, este visado no tiene otra finalidad que la informativa. Pero es conveniente que el documento acreditativo incluya consejos de mejora tanto del rendimiento como de las condiciones del inmueble para que, de esta forma, el que compre o alquile pueda conocer las cualidades reales de la vivienda y saber tanto el consumo energético como las emisiones al medioambiente de dióxido de carbono que realiza.
PRECIOS. Los edificios y todos sus elementos, así como sus instalaciones tienen un coste energético. Por este motivo, entró en vigor el 1 de junio de 2013 el Real Decreto 235/2013 que hace obligatoria la realización de la certificación energética en todos aquellos edificios que se pongan en alquiler o a la venta.
Los precios varían según los metros cuadrados que tenga cada inmueble. Por ejemplo, una edificación que tenga entre 0.01 y 80 metros cuadrados, el precio según el Boletín Oficial del Estado (BOE) será de 184.34 euros. El más caro será aquel que exceda los 10.000 metros cuadrados, cuyo importe será de 3.233,40 euros. Además, el propietario de más de un inmueble puede contar con descuentos en estas tarifas de hasta el 40%. Estas tasas son iguales para todo el territorio nacional, pero tienen un margen de variación según la empresa que certifique.
Penalización. La ley 8/2013 de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbana, fija las sanciones a las que se someterán las viviendas que se vendan o se alquilen que no posean un certificado energético válido.
En el caso de que algún edificio que tenga que estar certificado no lo esté, estará sujeto a una penalización de hasta 6000 euros.
renovación. Los certificados de eficiencia energética no son para siempre, sino que tienen una validez de diez años. Su renovación es responsabilidad del propietario -vendedor o arrendatario- del inmueble por lo que todos los costes de la nueva certificación correrán a su cargo. El procedimiento a seguir es el mismo siempre que no se produzcan cambios en la normativa vigente.
Solo las viviendas de nueva costrucción y las que se pongan en alquiler o la venta son las que están obligadas a certificarse
La sanción a la que se someterán los propietarios de los edificios que no tengan visado energético asciende a 6000 euros